El impacto de la polución en la piel y cómo protegerse
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Nadie sabe exactamente cuán complejo es el cerebro, pero los científicos estiman que tienes más neuronas en él que estrellas en la Vía Láctea.
Por esto, al igual que protegerías tu teléfono inteligente, una tableta o una computadora portátil (que son mucho menos preciados), es de vital importancia que hagas todo lo posible para proteger el potente procesador de tu cuerpo.
Existen muchas alternativas para cuidar tu cerebro, como usar el cinturón de seguridad cuando estás en un automóvil o un casco mientras conduces la bicicleta. A pesar de que estos consejos parecen ser obvios, es sorprendente la cantidad de personas que no los ponen en práctica y se exponen a correr grandes riesgos. Sin embargo, si entiendes la importancia de este órgano no escatimarás en precauciones.
¿Sabías que cuando las personas piensan en la vejez reportan más temor por la pérdida de memoria que por enfermedades cardíacas, cáncer, osteoporosis o cualquier otra condición?
Es cierto que experimentamos cambios en la memoria a medida que envejecemos. Nuestra velocidad de recuerdo y la cantidad de detalles que rememoramos disminuyen, por esto muchos de nosotros nos preocupamos de que estos cambios puedan ser síntomas de la enfermedad de Alzheimer u otra demencia. Sin embargo, la buena noticia es que, para la mayoría de nosotros, los aspectos básicos de la memoria seguirán siendo los mismos: nuestro vocabulario y lenguaje, razonamiento y lógica, la capacidad de prestar atención, las habilidades adquiridas y esa cualidad especial que usualmente llamamos sabiduría.
Al igual que con muchos otros aspectos del envejecimiento, la aptitud cerebral varía de un individuo a otro, algo de ello es hereditario; pero al igual que puedes mantener tu cuerpo en forma siguiendo un régimen de bienestar, también hay pasos que puedes seguir para aumentar la probabilidad de que tu memoria permanezca sana. Aquí te contamos algunas cosas que puedes aplicar.
1. Buena nutrición
Elige alimentos que ayuden a proteger tu cerebro. Un estudio realizado en 2010 por investigadores de la Universidad de Columbia confirmó que un alto nivel de "colesterol bueno" (HDL) se asocia con un menor riesgo de demencia. Así, es indispensable que evites consumir colesterol, grasas saturadas y grasas trans. Por el contrario, opta por pescado, frutas, verduras y grasas saludables como el aceite de oliva o de canola. También puedes tomar un multivitamínico, pero siempre con precaución. Incluso en el día a día, las comidas nutritivas mejoran el estado de alerta y nos ayudan a retener los recuerdos.
2. mantente físicamente activo
Así como una dieta "inteligente” ayuda a proteger el cerebro, el ejercicio aeróbico que fortalece el corazón, mejora la memoria e incluso reduce el riesgo de demencia. Un estudio financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento mostró que el ejercicio aeróbico moderado puede aumentar el tamaño del área del cerebro involucrada en la formación de la memoria.
3. Duerme bien
Probablemente hayas notado que cuando no duermes lo suficiente, es más difícil concentrarte al día siguiente. Las personas que sufren trastornos del sueño a menudo experimentan problemas de memoria, sin embargo, muchos trastornos del sueño se pueden tratar.
4. Tratar la depresión y evitar el estrés
Ambos causan cambios químicos que pueden dañar el cerebro. Si te sientes demasiado estresado, o si la depresión te dificulta concentrarte, consulta a un médico. El asesoramiento, la meditación y otras técnicas de relajación pueden ayudar.
5. Desafía tu mente y memoria
La estimulación mental fomenta nuevas conexiones entre las células del cerebro, así que cuando se trata de la memoria, debes usarla para no perderla. Es posible aumentar su agudeza a través del entrenamiento, para ello existe una gran variedad de actividades mentalmente desafiantes, como aprender una nueva habilidad, tocar un instrumento o estudiar un idioma extranjero; puedes encontrar formas adicionales de aumentar la interacción social que protege el cerebro. Las técnicas de visualización, concentración y otras habilidades de memoria efectivas mejoran la retención y el acceso a los recuerdos.
6. Comenta las preocupaciones sobre la memoria en tu próxima cita médica
Comparte con tu médico si has experimentado problemas, especialmente desorientación, olvido de la información aprendida recientemente o una incapacidad repentina para completar tareas familiares. Si bien es tentador negar el deterioro de la memoria, el diagnóstico temprano de enfermedades como el Alzheimer o los mini accidentes cerebrovasculares, permite que el tratamiento comience de inmediato. Cuando los problemas surgen de una condición reversible o controlable, cuanto antes comiences el tratamiento, mucho mejor.
No añadas estrés a tu vida preocupándote por tu memoria. Aprende sobre los cambios normales de la memoria asociados con el envejecimiento, haz todo lo posible por cuidar tu cerebro, revisa las estrategias de compensación de la memoria y relájate, sabiendo que estás haciendo todo lo posible por mantener tu memoria fuerte hasta los últimos años.
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